Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for noviembre 2012

Descanso

Desde el domingo que corrimos en Valencia no me he vuelto a calzar las zapatillas, no he cogido la bici, ni la raqueta de pádel y por supuesto no he pasado por la piscina. Me he instalado en la desidia y la haraganería más absoluta y lo bueno es que no me disgusta, a ver si voy a descubrir a estas alturas que he nacido para vaguear.

Creo que no, y con el tiempo volveré a la vida activa, hasta entonces dejo en vustras manos esta página que he intentado que no muera durante bastante tiempo, contando entrenamientos, sensaciones y vivencias.

Espero buscar nuevo objetivo pronto que me motive, cuando lo encuentre aquí estaré para comtarlo.

E

Read Full Post »

Nueva York acabó en Valencia

Dispuestos a encajar algún infortunio más y después de echar la mañana trabajando, Jesusmiamigo y yo nos pusimos en camino hacia Valencia. Una hora de Ave y dos de espera en Chamartín, para enlazar con otro Ave que nos dejaría en Valencia a las 8 de la tarde.

Y como estaba escrito, la maldición del 13 comenzó a actuar, a la entrada en el tren me piden la tarjeta de familia numerosa, busco, busco y no encuentro y un “gordo cabrón” me dice que si quiero viajar en ese tren me de prisa en sacar el billete sin el descuento. Subo a taquillas, con un cabreo del 10, y me comentan que tengo que pagar el exceso no sobre mi billete barato, sino sobre el más caro; sin otra opción que protestar le digo a la amable señorita que lo haga y según la muy ca… me dice que el sistema se le ha venido abajo y que no puede hacer nada. Imagino que mi cara cambió del cabreo encendido a la desesperación, en diez minutos el tren se iba, se apiadó entre comillas de mí y le pasó el trabajo a su compañera que lo pudo solucionar poniendo 45 euritos encima del mostrador. Con una mirada de las que derriten icebergs me piré a toda leche de taquillas con el rabo entre las piernas y sin poder reclamar nada y mi fiel amigo allí me estaba esperando sin subir al tren, a pesar de que le había ordenado que si no llegaba se pirase sin mí, eso es un amigo.

La cosa iba según el guión previsto, había empezado mal y seguía de la misma forma. Puestos en faena nos tocaba un descarrilamiento o caída del sistema eléctrico del tren, pero gracias a Dios no ocurrió nada especial y llegamos a Valencia. De la estación al hotel y de allí directamente a cenar, sin ni siquiera deshacer la mochila. Mientras cenábamos recibimos de la organización un mensaje dándonos la bienvenida y con la probabilidad de precipitación para el domingo, un 70 %. Agua íbamos a tener sí o sí, lo que no sabíamos era la cantidad y para abrir boca descargó un tormentón con rayos y centellas de todo tipo mientras volvíamos al hotel.

Pues estaba claro, el final de la maldición del 13 era que nos iba a tocar hacer el maratón con un exceso de hidratación. Con esta idea en la cabeza nos fuimos a la camita y al despertarme a las 6 llovía ligeramente, desayuné como mandan los cánones tres horas antes de la partida, cerré la persiana y me volví a la piltra mientras Jesusmiamigo deambulaba por la habitación. Cuando me levanté y volví a abrir la ventana el milagro se había obrado, estaba casi despejado y con poca pinta de que inicialmente fuese a llover. No me lo podía creer, ¿nuestra suerte iba a cambiar?, pues sí, ¡qué buena sensación ir a la salida en manga corta!

En la salida, me despido de Jesús con un abrazo, ya sabéis que el prefiere la compañía femenina en las carrera y ya había quedado con la mujer de Gerardo para acompañarla un buen rato. Me planto en el cajón con uno de los amigos frustrados de NY, con idea de hacer cada uno nuestra carrera y después de la primera salida nula vivida en un maratón y siete minutos después de maniobrar (un pasito para atrás de 9000 tíos debe ser complicado y después otro más complicado…) nos pusimos en marcha. Empecé pensando hacer los primeros kilómetros a 4.50, pero no vi el primer kilómetro hasta el 3 cuando ya estaba a 4.40. Intenté bajar de ritmo, pero el dejarte caer con mucha gente alrededor es complicado, te llevan y no puedes. A partir del 9 y hasta el 19, ya sin tanta gente, bajé el ritmo un poquito a 4.45. A partir de ahí, subí un poco la velocidad, 4.30-4.35, hasta que en el 32 me di cuenta que no podía con esos ritmos y poco a poco fui bajando y ya casi en el final un par de kilómetros me salieron a poco más de 5. De cabeza no fui muy fino, pensando demasiado toda la carrera y con ganas de pararme en los 5 últimos, con un dolor en el empeine derecho cada vez que iniciaba la zancada. Al final echando más narices que fuerza, casi contando metro a metro, me planté en los 200 metros de tarima sobre el agua que marcan el final del maratón para acabar con 3:18:33.

Con la sensación de haber podido con la maldición del 13 y la del deber cumplido después de los meses de entrenamiento, me voy de Valencia muy contento. No son las marcas de hace años, mis dos sub3, pero he corrido relativamente deprisa, con cabeza para aguantar los malos momentos y en un maratón muy bonito. Digo bonito, no por el recorrido que no lo es (sólo el final es espectacular y con la que llevas encima casi ni lo aprecias), sino por la gente, muchísima y con muchas ganas de animar; por la organización, avituallamientos perfectos a los dos lados, con mucha personal trabajando; y por los voluntarios, qué bonito es que después de más de tres horas zapateando llegues a la meta y te encuentres una sonrisa mientras te ponen una medalla y te preguntan cómo estás y eso 9000 veces. Repito un maratón que en organización y animación no tiene que envidiar a alguno de los grandes que he corrido fuera.

Jesúsmiamigo, después de compartir 26 km con Celia y Choco a ritmo de 5.15-5.20 decidió descolgarse para hacer su carrera, con mucha cabeza cogió su ritmo para acabar en 3.56, que serían 3.53 si no fuese porque es un señor y se paró 3 minutos a esperar a su compañera mientras hacía un pis. Le tengo dicho que debe ir con hombres que somos mucho menos complicados en todos los sentidos. De todas formas un carrerón.

Como está mandado y merecido nos metimos una buena paella postmaratón y de allí directitos al tren donde mi compañero se pimpló dos gintonics para celebrar el final del Maratón de Nueva York.

E

Read Full Post »

Cuando las cosas empiezan mal, es difícil que se enderecen, después de lo de Nueva York y tras embarcarme en la nueva y rápida aventura de Valencia, ayer me pasé el día encerrado en el baño con una gastroenteritis de caballo que me ha dejado hecho un trapo y para rematar, leo en todos los pronósticos del tiempo que el domingo vamos a tener una mañanita interesante con agua para dar y regalar; nos mojamos seguro y mucho. Supongo que con esto tenemos suficiente, no es necesario ningún contratiempo más.

Aunque no soy supersticioso y jamás pensé que el número trece daba mala suerte, o si lo hacía yo era inmune a su efecto, puede que todo se deba a una conjunción astral y a mi presencia en el maratón del número maldito. De lo que estoy seguro es que Valencia lo corro, aunque solo sea para que el próximo sea el catorce y todas mis desdichas no se las pueda achacar a un simple número. Éste lo corro para que corra el escalafón y ya que estamos no dejar 19 semanas de preparación tiradas a la basura.

La semana pasada 65 kilómetros.

E

Read Full Post »

17 y Nueva York

Después de resolver las dudas sobre si Sandy, sin h, nos iba a dejar volar a Nueva York y de que su alcalde el miércoles declarase en rueda de prensa que el maratón se celebraría, el jueves muy tempranito, carretera y manta, nos plantamos en Barajas con la seguridad de que el domingo íbamos a participar en la carrera más multitudinaria y divertida del mundo.
La llegada a NY, la esperábamos caótica con colas en el aeropuerto, traslados penosos hasta Manhattam, pero nada de nada. A los tres minutos de salir de la Terminal estábamos sentados en nuestro taxi camino del hotel y si no es porque el taxista se equivocó no hubiésemos tardado mucho más de lo normal de un traslado en situación normal. Por el camino por la zona de Jersey vimos lo único que recordaba el paso del huracán con árboles caídos y alguna carretera cortada, pero nada más.
Al día siguiente, con el jet lag instalado y despierto desde las 4 de la mañana salí a trotar por la parte exterior de Central Park, el parque estaba cerrado, para dejar las piernas preparadas para el domingo. En la parte final la adrenalina se me disparó al pasar por la zona donde estaban instalados los camiones de las televisiones y los operarios preparando la zona de meta. Después de una duchita nos dirigimos a la Feria del Corredor para recoger dorsal y hacer alguna comprilla. Nada hacía presagiar que cinco horas después iban a cancelar la carrera, cuando uno de mis amigos me llama y me dice que encienda la tele, me quedé a cuadros al ver a todas las cadenas con el rotulito inferior indicando que el maratón había sido cancelado.
Podemos hacer consideraciones de todo tipo, de si no era el momento más oportuno, de si desplazábamos medios necesarios… y puedo estar de acuerdo en mayor o menor medida, pero lo que es intolerable es hacernos trasladar un miércoles con el beneplácito del señor alcalde y 36 horas después, cuando 30000 personas que vienen de todas partes del mundo ya se encuentran en la ciudad, decirnos que esto no se celebra. Es de un buenismo poco realista invocar, como se ha hecho desde la organización y la ciudad, a la solidaridad de de los runners cuando ya estamos allí, nos hemos gastado un pastizal en vuelo y hotel y seguiremos gastando como gilipollas en restaurantes y compras de todo tipo los días que estemos en la ciudad, a eso le llamo yo negocio redondo. Si a cualquiera de nosotros se nos hubiese pedido una ayuda antes de empezar la carrera no dudo que el 99% la hubiese dado, pero ahora cuando nos piden a cada participante una donación de 26.2 dólares (son la millas del maratón), ahora no, me siento estafado por la organización del maratón, por el alcalde y por la ciudad. La zona de la carrera estaba perfecta para poderse haber realizado, pero tuvieron miedo al impacto político a tres días de las elecciones y los que lo hemos pagado hemos sido los tontos que habíamos viajado para correr, porque otos grandes eventos, como NBA; NFL, teatros de Broadway, Ópera no se han cancelado, consumiendo los mismos recursos que la no celebrada carrera. Al fin y al cabo la carrera no es más que un evento privado que cada uno nos pagamos de nuestros bolsillos, aunque sea por un espacio público, como puede ser cualquiera de los que antes he nombrado y que no se han cancelado, en el que los recursos necesarios los pagamos nosotros los corredores, no la ciudad de Nueva York (yo pagué casi 300 dólares y los que venían por agencia casi 500).
Como veis continúo encendido desde el día de la suspensión. Sábado y domingo salimos a correr por Central Park. Lo del domingo fue espectacular, los casi diez kilómetros que tiene el circuito estaban plagados de corredores, como si fuese el maratón de verdad, con las camisetas de los países, algunos con los dorsales, con familias aplaudiendo, gente dando vasos de agua… y cada uno corriendo lo que quería, algunos hicieron su maratón completo y otros como nosotros nos dimos dos vueltecitas para hacer nuestro particular medio maratón de Nueva York.
Se que no debiera quejarme, que he salido unos días de casa sintrabajar, que he estado en NY, que me he ido de viaje, que he disfrutado, pero si no puedo contar mi verdad ni a los amigos…

E

Read Full Post »